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Esperanza para un futuro mejor
Por Jerry Brownstein
Es muy fácil pensar que el mundo está viviendo una terrible situación si obtienes la información a través de los medios de comunicación tradicionales. La televisión, los periódicos e Internet centran nuestra atención en eventos negativos como las guerras en Siria, Yemen, Myanmar y demás. Todos los días se nos dice que tengamos miedo del terrorismo, la delincuencia, los inmigrantes, las epidemias y el inminente desastre económico. Además de todo esto, vemos una nueva ola de líderes políticos autocráticos y despiadados que surgen en muchos países (incluidos Rusia, China, Turquía, Brasil y los Estados Unidos). Sí, suena bastante sombrío, pero la razón es la falta de perspectiva de nuestras fuentes de noticias. Si miras el panorama general, podrás ver que nuestro mundo está mejor que nunca, y que además sigue mejorando. El enfoque de los medios en las malas noticias oscurece lo que puede ser la historia más importante de todos los tiempos, el progreso continuo de la humanidad hacia un futuro mejor.

Hay una montaña de evidencia empírica que muestra que nuestras vidas y las sociedades en las que vivimos han estado en constante progreso durante siglos. Hoy en día hay un porcentaje menor de la población mundial que padece hambre, que está empobrecida o es analfabeta que en cualquier otro momento de la historia. Incluso en los últimos años de la década de los 60, la mayoría de las personas en nuestro planeta vivían en pobreza extrema (menos de aproximadamente 2€ al día), pero hoy en día hay menos del 10% y está disminuyendo continuamente. Los economistas de la Universidad de Oxford estiman que la cantidad de personas en todo el mundo que viven en la pobreza extrema disminuye en más de 200.000 por día. También estiman que cada día cerca de 300.000 personas obtienen acceso a la electricidad y agua potable limpia. Todavía hay mucho trabajo por hacer, pero claramente las cosas están mejorando.



Steven Pinker, profesor de psicología en la Universidad de Harvard, ha explorado este tema con una perspectiva a largo plazo. En su libro “Enlightenment Now” (En Defensa de la Ilustración), analiza el progreso material que hemos logrado a lo largo de los siglos en una amplia gama de áreas que incluyen la salud, las guerras, el medio ambiente, la igualdad de derechos y la calidad de vida. El mensaje de su libro es que la mejor manera de ver y apreciar este progreso masivo es mirar los hechos y cifras empíricos. Por ejemplo:

Salud: la esperanza de vida ha aumentado desde un promedio mundial de menos de 30 años en el siglo XVIII a más de 70 años en la actualidad; además estos aumentos se observan en todos los grupos de edad y en todos los continentes. También las tasas de mortalidad infantil y materna han mejorado y la amenaza de enfermedades infecciosas se ha reducido considerablemente a través de la desinfección, los antibióticos y otros avances científicos. Desde 1990, las vidas de más de 100 millones de niños se han salvado gracias al tratamiento de la diarrea, la promoción de la lactancia materna y otras medidas simples de salud.



Pobreza y hambre: fueron una parte normal de la vida de la mayoría de las personas a lo largo de la historia, pero eso ha cambiado drásticamente. Se estima que incluso en 1820, el 90% de la población mundial vivía en la pobreza, pero como se señaló anteriormente, esa cifra ahora es inferior al 10%. La comida es abundante en el mundo industrializado, y las cosas están mejorando en las regiones más pobres del mundo. Todavía hay mucho que hacer con respecto al hambre en el mundo, pero ya se han logrado avances.

Paz: el general George Patton dijo que «la guerra es el infierno». Incluso las guerras más pequeñas o los casos de violencia de cualquier tipo son una plaga para la humanidad y deben ser eliminados. Dicho esto, Pinker señala que no ha habido una guerra entre las grandes potencias desde la Segunda Guerra Mundial (1945), y las guerras que hoy en día cubren mucho menos el mundo que en el pasado e implican menos pérdidas de vidas. Así que se han logrado algunos avances, pero éste es claramente un área donde se necesita mucho más. Cualquier violencia de una persona contra otra es insostenible, y la matanza organizada por la guerra o el genocidio es una abominación.



Calidad de vida: durante la mayor parte de la historia de la humanidad, la gran mayoría de las personas era analfabeta, e incluso hace 50 años más de la mitad de nosotros seguíamos siéndolo. Ahora más del 85% del mundo puede leer y escribir. Las horas de trabajo han disminuido de más de 60 horas a la semana en los EE.UU. y Europa occidental en 1870, a alrededor de 40 horas en la actualidad. La cantidad promedio de trabajo doméstico ha disminuido de 60 horas a la semana en 1900 a 15 horas en la actualidad. Como resultado, las personas tienen más tiempo para el ocio y viajan mucho más, lo que les da un mayor conocimiento y comprensión del mundo.

Libertad: alrededor del 50% de la población mundial vive actualmente en sociedades relativamente libres, mientras que sólo el 1% lo hizo en 1820. Los valores personales, como la libertad, la autonomía y la individualidad son ampliamente aceptados, mientras que el racismo, el sexismo y la homofobia están en declive. Como se señaló anteriormente, el aumento de los líderes autocráticos es alarmante, pero la tendencia a largo plazo de la libertad personal ha sido positiva.



Estos hechos y cifras cuantifican un legado de progreso desde nuestros inicios hasta hoy. Sin embargo, hay mucho más que hacer y mucho más progreso si queremos darnos cuenta del mundo tan hermoso que nuestros corazones saben que es posible. Pinker concluye su libro diciendo que todo el progreso que hemos logrado no es automático y no debe darse por sentado. Su mensaje es que «tenemos que seguir haciendo más de lo que está funcionando».

Así pues, ¿estamos haciendo lo suficiente? Paul Hawken es un futurista y activista que responde a esa pregunta con un rotundo «Sí». En su libro “Blessed Unrest” (Bendita Inquietud), explica el movimiento masivo del que la mayoría de las personas no son conscientes, ni siquiera quienes participan en él. Es un movimiento que surgió espontáneamente como una reacción a las necesidades de la humanidad por la justicia social, la equidad económica y la preservación de nuestro medio ambiente. Hawken estima que hay más de dos millones (¡dos millones!) de organizaciones en todo el mundo que están respondiendo de innumerables maneras para hacer del mundo un lugar mejor. Este increíble movimiento incluye ONGs, agencias sin ánimo de lucro y personas dedicadas, incluidos varios multimillonarios que se han comprometido a donar gran parte de su riqueza a buenas causas.



Es un movimiento basado en la creencia compartida de que trabajando juntos podemos cambiar el mundo. Hawken lo explica de esta manera: «La vida es el derecho humano más fundamental, y todas las organizaciones dentro del movimiento están dedicadas a crear condiciones para la vida, condiciones que incluyen medios de vida, alimentos, seguridad, paz, un ambiente estable y libertad frente a la tiranía externa». Hawken compara el surgimiento orgánico del movimiento con la forma en que nuestros cuerpos combaten las enfermedades. «Es el sistema inmunitario de la humanidad el que responde a enfermedades políticas, infecciones económicas y disfunciones ecológicas». Este movimiento es una gran fuente de esperanza porque nos recuerda que no estamos solos, que hay millones de personas trabajando todos los días para curar los males de la sociedad y acelerar el ritmo del progreso humano. Cada uno de nosotros puede ser parte de este movimiento, de todas las formas posibles, a través de las decisiones personales que tomamos y las políticas que apoyamos. Hay un futuro mejor: Ahora.

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