En julio de 2015, el Presidente Barack Obama normalizó sus relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, reparando la desavenencia que mantenían ambos países desde hace medio siglo. Según el acuerdo, EEUU y Cuba no solo restablecerán los lazos diplomáticos, sino que además emprenderán una serie de acciones amistosas, como las siguientes: EEUU revisará el estatus actual de Cuba como estado financiador de terrorismo; se otorgarán más permisos a ciudadanos americanos para que viajen a Cuba; ciertos bienes y servicios, tales como tecnología y materiales de construcción, podrán ser exportados a Cuba. Paralelamente, Cuba ha acordado realizar ciertas acciones por su parte, como liberar a prisioneros políticos y ampliar el acceso a Internet.



Todo esto comenzó en 1959, cuando Fidel Castro llegó al poder en Cuba. Poco después, las relaciones entre su nuevo gobierno comunista y los Estados Unidos comenzaron a agriarse. En 1960, Cuba nacionalizó sus refinerías de propiedad americana, lo que provocó que EEUU finalizara las relaciones diplomáticas, cerrara su embajada en La Habana e impusiera un embargo económico y social. A ello le siguieron décadas de confrontación y desconfianza, incluyendo una fallida invasión de la CIA en 1961 (en la llamada 'Bahía de Cochinos') y la crisis de los misiles en Cuba de 1962, que casi desembocó en una guerra nuclear.

Este acuerdo es un gran paso en la dirección apropiada para acercar a estos dos países de nuevo hacia una cooperación pacífica. Sin embargo, casi todas las restricciones al comercio y los viajes del embargo original seguirán en pie. El Presidente Obama ha llegado hasta donde le permite la ley americana utilizando la acción ejecutiva, pero no tiene el poder para revertir completamente el embargo. Esto tan solo puede hacerlo el Congreso americano, que está ahora mismo controlado por el partido republicano, que está totalmente en contra de cualquier concesión a Cuba.

A pesar de ello, se trata de un gran avance. El Papa Francisco se hizo eco de los sentimientos de muchos líderes mundiales al declarar desde el Vaticano: “El Santo Padre expresa sus cálidas felicitaciones por la histórica decisión tomada por los gobiernos de Estados Unidos y de Cuba de cara a establecer relaciones diplomáticas con el objetivo de superar, por el bien de los ciudadanos de ambos países, las dificultades que han marcado su historia”.