Lujo cinco estrellas con el verdadero espíritu de Ibiza.

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Hacienda Na Xamena - Una visión en constante evolución
Por Jerry Brownstein
Justo antes de llegar a la playa del Puerto de San Miguel, hay una señal para girar a la izquierda, hacia Na Xamena. Se trata de una carretera que serpentea suavemente hacia arriba a través del bosque hasta llegar a su punto álgido: la Hacienda Na Xamena. Este hotel de cinco estrellas tan especial, que cuenta con una de las vistas más impresionantes de Ibiza, abrió sus puertas por primera vez hace 50 años, aunque su inspiración procede de una época aún más temprana. Originalmente fue diseñado, construido y dirigido por el arquitecto belga Daniel Lipszyc, que era un visitante habitual de la isla desde 1954.



Es difícil de imaginar ahora, pero durante la mayor parte de su historia Ibiza había sido una sociedad agraria insular. En los años 50, cuando la isla era prácticamente desconocida para el mundo exterior, un pequeño contingente de occidentales artísticos se dirigió a este apacible refugio en el que se sintieron atraídos por la impresionante belleza natural, el bajo coste de la vida y la amabilidad de los habitantes. Pero quizá el factor más importante que les trajo a esta extraña y maravillosa isla fue la libertad de vivir y crear en un lugar hermoso sin las reglas y los límites de sus países de origen.

Fue durante esta época cuando Daniel y su esposa Ninie se enamoraron de esa versión auténtica y virgen de Ibiza. En los años 60, Daniel sintió la inspiración de crear un hotel especial que reflejara su experiencia de la isla y su cultura: la naturaleza, la gente y la libertad. Buscaba la ubicación perfecta, y un amigo ibicenco le dijo que conocía un lugar que podría ser el adecuado, así que fueron a verlo. En aquella época había pocas carreteras, así que el simple hecho de llegar al Puerto de San Miguel era toda una aventura. Desde allí subieron a la montaña, y en la cima se quedaron boquiabiertos. La vista panorámica de los acantilados y el mar era (y sigue siendo) espectacular. Daniel quedó prendado del lugar, pero no fue una tarea fácil.


“Lujo discreto en un
entorno natural espectacular”

La propiedad era enorme (150 hectáreas) y era muy difícil construir en esta zona, ya que no había carreteras, agua, electricidad ni líneas telefónicas. Daniel tuvo que crear toda la infraestructura desde cero, pero impertérrito lo hizo todo y finalmente comenzó la construcción en 1969. Una parte del diseño estaba clara desde el principio: todas las habitaciones darían al mar para que todos los huéspedes se vieran inmersos en la fuerza y la belleza de esa increíble vista. En 1971, la visión de Daniel se hizo realidad cuando el hotel abrió sus puertas, e inmediatamente se convirtió en una meca para los viajeros que querían un lujo discreto en un entorno natural impresionante.

En 1995, el hijo de Daniel, Alvar Lipszyc, y su mujer, Sabine, se hicieron cargo del hotel. El diseño original había creado una verdadera sensación de Ibiza que se mezclaba a la perfección con la naturaleza circundante. Alvar mejoró en gran medida esa sensación introduciendo muchos aspectos nuevos en el hotel a lo largo de los años, como el Posidonia Botanic Spa, una de las principales adiciones, que cuenta con Las Cascadas Suspendidas, un tratamiento de hidroterapia único de 45 minutos. Se trata de un laberinto de ocho piscinas de formas diferentes con vistas al mar y a los acantilados. Cada piscina tiene un sistema único de masaje por chorro de agua, y a medida que se pasa de una a otra, el cuerpo se estimula suavemente de la cabeza a los pies.



A nivel más personal, Alvar tiene un estilo de gestión que se hace eco del espíritu acogedor de los ibicencos que él recuerda de los muchos años que visitó Ibiza cuando era niño. El personal de la Hacienda es tratado como una familia, y esto crea un ambiente de servicio amable, cordial y eficiente. Esta sensación está presente en todo el hotel, y es un sentimiento que viene de arriba a abajo.

Alvar lleva consigo el tradicional espíritu ibicenco de armonía entre la gente y el entorno natural, y esta es la esencia de lo que hace especial a la Hacienda, que ahora planea llevarla a otro nivel. A lo largo de los próximos cinco años creará nuevas experiencias que trasladarán esos sentimientos del pasado de Ibiza a su futuro. La primera fase ya está en marcha y la denomina Gestor Forestal: un gran huerto de frutas y verduras cultivado a la manera tradicional ibicenca. Los huéspedes del hotel y los visitantes tendrán la oportunidad de conocer este aspecto de la vida ibicenca, e incluso podrán realizar algún trabajo en la granja si quieren adentrarse realmente en ella.



Este es otro ejemplo de cómo la Hacienda ha evolucionado a lo largo de los años mejorando su visión original. Al fin y al cabo es un lugar donde se puede sentir realmente la alegría de estar en Ibiza. Como dice Alvar: “Es un placer compartir la sensación que evoca este lugar mágico, Na Xamena; una combinación de las espectaculares vistas, la puesta de sol y el entorno. Sencillamente, todo confluye y hace que todo el mundo se sienta de maravilla”.

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