Restaurando el libre albedrío considerando la consciencia.

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La felicidad es una elección
Por Jerry Brownstein
Todas las personas queremos que nuestras vidas estén llenas de paz, amor y felicidad, así que, ¿por qué nos enfadamos, nos ponemos nerviosos o nos preocupamos? Debería ser fácil elegir nuestros estados de humor y sentimientos y, sin embargo, a menudo nos invaden emociones negativas y nos sentimos incapaces de cambiarlas. Estos patrones negativos están enterrados en las profundidades de tu mente subconsciente, y tienen una poderosa influencia en tus emociones y tus acciones. La buena noticia es que tenemos la capacidad de recuperar el control de esos patrones, y que las soluciones empiezan por comprender cómo funcionan y de dónde vienen.



Vamos por la vida pensando que estamos eligiendo de forma consciente lo que hacemos, decimos y sentimos, pero en realidad tu mente consciente está en control tan solo el 5% del tiempo, mientras que el otro 95% de lo que piensas y haces lo controla tu mente subconsciente. Estos dos tipos de consciencia son totalmente diferentes. La mente consciente tiene la capacidad de crear pensamientos e iniciar acciones, mientras que la mente subconsciente se limita a almacenar y repetir patrones de tu pasado. Graba todo lo que sucede en tu vida y lo retiene para su uso posterior, pero solo es capaz de reflejar esas experiencias pasadas y no tiene capacidad para crear ideas ni acciones originales.



Nuestros cerebros están estructurados de tal manera que, cuando nuestra mente consciente está inactiva o distraída, el subconsciente automáticamente toma el control. Por ejemplo, casi todos hemos experimentado el ir conduciendo el coche y de repente darte cuenta de que tu mente se había distraído y que llevas unos minutos sin prestar atención a la carretera. ¿Quién conducía el coche mientras tu mente estaba ausente? Era el inconsciente. Esta base de datos subconsciente es útil también porque recuerda cómo hacer las innumerables cosas que has aprendido a lo largo de tu vida. Puedes conducir un coche, montar en bici, cocinar un huevo y bailar un tango sin tener que pensar de forma consciente en cómo dar cada paso, pues tu mente subconsciente almacena toda esa información y actúa de forma automática. Esto está muy bien cuando se trata de bailar o de preparar una tortilla, pero el problema viene cuando permites que los hábitos de tu mente subconsciente tomen decisiones que definen quién eres y cómo interactúas con el mundo. Veamos ahora cómo está formada la mente subconsciente para comprender por qué nos causa problemas emocionales.



Desde tu nacimiento y hasta los seis años más o menos, tu mente subconsciente apenas tiene filtros. Descarga y almacena todo de su entorno: cada palabra que oye, cada emoción que siente, cada imagen que ve. Esta acumulación de información que viene de tu familia, la sociedad, la televisión, la religión, etc., se convierte en tu personalidad básica o mente programada. Más adelante en la vida, el subconsciente sigue siendo moldeado por influencias externas según va obedientemente absorbiendo las normas y creencias de tus escuelas, amigos, cultura, gobierno y medios. Vas por la vida creyendo que tomas decisiones independientes, cuando la gran mayoría de lo que piensas, dices y haces de hecho está filtrado por este sistema de creencias inconscientes... un sistema de creencias que has heredado de otras personas. No elegiste estos patrones subconscientes, pero controlan tus emociones y tus decisiones.

La forma de recuperar tu libre albedrío y el control de tu vida es aprender a vivir de forma consciente. El subconsciente tan solo toma el control cuando la mente consciente no presta atención, así que si incrementas tu atención consciente, entonces la mente consciente estará en control mucho más que ese 5% del tiempo, que es lo “normal”. Y puedes alcanzar ese nivel más elevado de consciencia cultivando la atención consciente (mindfulness en inglés), que sencillamente significa poner intención en estar en contacto con cada momento presente para que puedas recordar utilizar tu mente consciente. Una persona que presta atención a esto, cuando se enfrenta a una elección sobre cómo actuar en el mundo, de forma consciente resiste sus reacciones automáticas subconscientes y después elige seguir la guía de su visión interior. Cuando empiezas a sentirte enfadado... o nervioso... o preocupado, te detienes y te haces una sencilla pregunta: «¿Es esa la persona que quiero ser en esta situación?» Si la respuesta es no, entonces decides de forma consciente actuar de otra forma.



Esto suena sencillo pero es todo un reto, pues debes superar toda una vida de programación con las ideas, acciones y creencias de otras personas. Incluso cuando estás decidido a prestar atención, puede que sigas pensando, diciendo y haciendo cosas que no están en armonía con quien quieres ser... y eso está bien. Es natural que esas reacciones tan arraigadas persistan, pero no te preocupes, porque la resistencia acabará por disolverse si mantienes la intención de prestar atención. La sencilla clave es darte cuenta de cuándo has seguido de forma inconsciente uno de tus antiguos patrones de comportamiento... y entonces corregirte con suavidad. Tu mente automáticamente empezará a crear nuevas vías neuronales en tu cerebro que estarán alineadas con tus nuevas elecciones, y tus antiguas reacciones subconscientes irán perdiendo fuerza.



«Un solo paso no deja marcado un camino sobre la Tierra, al igual que un solo pensamiento no marcará un camino en la mente. Para crear un camino físico visible hemos de caminarlo una y otra vez. Para crear un camino mental profundo debemos pensar una y otra vez el tipo de pensamientos que queremos que dominen nuestra mente».   (Henry David Thoreau)

Estas palabras fueron escritas hace más de 150 años, y sin embargo describen perfectamente el funcionamiento de lo que la ciencia llama vías neuronales: las “autopistas” por las que viaja la información en tu cerebro. Cuando aprendes una nueva creencia o comportamiento, tu cerebro crea una pequeña vía de neuronas que sostiene el recuerdo de eso nuevo. Cada vez que sigues esa nueva creencia o comportamiento, esa vía en tu subconsciente se hace más definida. Es por eso que tus viejos patrones están tan firmemente anclados en tu mente: llevas desde el nacimiento siguiéndolos inconscientemente, y por tanto fortaleciéndolos. La manera de transformar esta situación es darte cuenta de cuándo estás reaccionando en base a un antiguo programa heredado y, después, elegir pensar/actuar de una forma nueva que refleje quien realmente quieres ser. Cada vez que haces esto, las nuevas vías neuronales de esas acciones conscientes se fortalecen y profundizan. A la vez, las viejas vías heredadas se marchitan y se debilitan por falta de uso.



A medida que sigues creando tus pensamientos, palabras y acciones de forma intencionada para que reflejen a la persona que quieres ser, encontrarás que la consciencia empezará a evolucionar fácilmente y sin esfuerzo en todas las áreas de tu vida. Seguramente te vuelvas más selectivo respecto a lo que te metes en el cuerpo y a cómo mantenerlo sano. Tus gustos en música y ocio puede que se hagan más refinados, al igual que tus elecciones sobre dónde ir, qué hacer y con quién relacionarte. Todo empieza decidiendo que ya no vas a estar a merced y ser víctima de viejos programas subconscientes que no elegiste. Cuando actúas de forma consciente en lugar de reaccionar ciegamente, tu vida se convierte en el hermoso reflejo de las nuevas elecciones que tomas respecto a quién eres en el mundo. •

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