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Reverdecer el desierto
Por María V. R.
El país africano de Burkina Faso ha sufrido graves sequías desde mediados del siglo XX, y en 1980 la desertificación de la tierra provocó la hambruna generalizada. Ese fue el año en que un simple agricultor llamado Yacouba Sawadogo decidió que iba a hacer algo al respecto. Tuvo poca ayuda, y la mayoría de la gente lo tachó de loco, pero él comenzó a plantar árboles en ese desierto. Utilizó la técnica tradicional de siembra local llamada “Zai”. Consiste en cavar agujeros a intervalos regulares, entre 20 y 30 centímetros de profundidad, y llenarlos con compost. El agujero permite retener el agua de la preciosa lluvia y también reduce la cantidad de fertilizante necesaria. Sawadogo ha trabajado incansablemente durante casi cuarenta años y los resultados son impresionantes.
Ha logrado transformar más de 40 hectáreas de suelo árido en un bosque exuberante que alberga 60 especies diferentes de árboles y arbustos. Aquellos que lo llamaban loco ahora lo elogian como "el hombre que detuvo al desierto", y el Instituto de Recursos Mundiales le ha otorgado el Premio Right Livelihood, también conocido como el Premio Nobel Alternativo. Al aceptar ese honor, dijo: “Este premio me permite perseverar en mis esfuerzos por proteger los bosques y la vida silvestre. Espero que inspire y aliente a otros a regenerar sus tierras en beneficio de la naturaleza y las generaciones futuras”.